Su ventaja principal es que actúa de forma localizada, esto es, permite modelar tan solo las zonas que una persona desee, sin afectar a las demás, de manera que los resultados finales resultan mucho más precisos y se aprecian casi de inmediato. Además, la cavitación influye en la circulación de forma notable, podría contribuir a regular el tránsito intestinal, contribuye en la eliminación de toxinas y aumenta el tono y la elasticidad de los tejidos corporales.
Es posible combinar este método con otro tipo de procedimientos como la presoterapia, que elimina la acumulación de grasa debajo de la piel a través de la estimulación física, o la mesoterapia, un tratamiento cosmético que emplea la inyección de medicamentos (tanto farmacéuticos como homeopáticos, así como vitaminas o extractos de plantas) para destruir las células de grasa subcutánea.
Cada sesión de cavitación suele durar en torno a 40 minutos, durante los cuales se trata aquella zona que se desee reducir, y a continuación se aplica otro tipo de técnicas (drenaje, masaje, presoterapia, etcétera) para hacer más fácil la eliminación de las células grasas que han sido destruidas, para evitar que el cuerpo las vuelva a absorber.
La técnica de la cavitación ultrasónica es mínimamente invasiva, y no precisa de ninguna intervención quirúrgica, por lo que las posibilidades de daño son muy reducidas y resulta completamente segura. Además no implica efectos secundarios graves y no suele resultar dolorosa. En contadas ocasiones, se pude notar una ligera sensación de succión, pero no resulta molesta, y los pacientes pueden aguantar sin problema todo el tiempo que dura la sesión.
Al final de la misma, la piel queda lisa y sin ningún tipo de traumatismos, a diferencia de otros métodos; puede aparecer un ligero enrojecimiento en casos esporádicos, pero no supone ningún peligro ni a corto ni a largo plazo. Además, el calor que se genera debido a la intensidad lumínica resulta tolerable para todo tipo de pieles.
Recomendaciones a tener en cuenta con la cavitación:
Se recomienda someterse de 10 a 12 sesiones para obtener resultados. Entre sesión y sesión deberá de haber al menos 72 horas de diferencia, que es el tiempo que suele tardar el cuerpo en eliminar la grasa extraída.
Los profesionales de la cavitación estética recomiendan beber agua de forma abundante antes y después de cada sesión para evitar deshidratarse, así como la realización de una dieta hipocalórica. Aunque no es imprescindible para la obtención de los resultados esperados, hacer ejercicio de forma moderada entre una sesión y otra puede ser de utilidad. Asimismo, se recomienda dejar pasar 72 horas entre dos sesiones como mínimo.